martes, 14 de marzo de 2017

Intelectualidad

Hasta que un pariente lo encontró y su reacción de padre cínico y sin principios, fue  exigir de frente el divorcio. La madre consintió y aquel se hizo por mutuo disenso a través de los abogados, sin que los cónyuges tuvieran que verse las caras.

Vargas Llosa pasó un año, el primer de su vida en Arequipa. El único a lo largo de su existencia, hasta la actualidad.  A los dos años se fui a vivir a Cochabamba, donde el abuelo Llosa alquiló unas tierras cerca de Santa Cruz por espacio de diez años.

Allí vivió en una enorme casa ubicada en la calle Ladislao Cabrera donde transcurrió toda su infancia consentida y engreída, sobre todo por los cariños de sus abuelos y sus tíos Juan Eguren, Luis, Jorge  Pedro y Laura Llosa, entre otros parientes.

Como la Mamaé, prima de la abuela que vivió con ellos y murió a los 104 años, llevándose un secreto a la tumba: la razón por la cual no se casó con un oficial chileno. Secreto entero de familia.

 Para  los que interpretan las obras del escritor y lo llevan a la vida real, tal interesante personaje es la protagonista de la magnifica obra de teatro “La Señorita de Tacna”, presentada en Lima hace muchos años  en el Teatro Marsano por esa excepcional artista argentina que hizo ese papel, Norma Aleandro



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