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i ha habido algo que ha atormentado a Patricia
Llosa en los últimos dos años, ha sido la presión mediática. Su
repentina separación de Mario
Vargas Llosa a raíz de la publicación de unas imágenes del escritor con Isabel
Preysler la convirtió en personaje del corazón en España y no le quedó más
remedio que huir a Perú para evitar el acoso al
que estaba sometida en nuestro país. Al otro lado del Atlántico, Patricia
recuperó su intimidad, su paz y una estabilidad emocional a la que contribuyeron
sus hijos, sus nietos y sus amigos más íntimos, entre ellos, Pedro Cateriano, ex primer
ministro de Perú. De hecho,
cuentan sus amistades que la ex de Vargas Llosa es una mujer nueva. A sus 71
años ha asumido con aplomo su nuevo estado civil y ha iniciado una nueva rutina
en Perú que pasa por disfrutar de su familia y por alternar con Cateriano por
los locales de moda de la capital, Lima. Con él, Patricia
mantiene una estrecha amistad, cuyo origen hay que buscarlo en la relación política que un día mantuvieron
el nobel y Cateriano cuando juntos batallaron por la presidencia
del país en 1990. Desde entonces el otrora matrimonio ha estado muy unido a
este político al que Vargas Llosa no dudó en defender y elogiar públicamente
cuando Cateriano fue nombrado primer ministro del país. Corría abril de 2015 y
apenas quedaban unas semanas para que el romance con Isabel Preysler dinamitara la prensa rosa de
medio mundo.
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